sábado, 31 de octubre de 2009

Vivencias de Ancianos Abandonados en un Asilo

ABANDONADOS EN UN ASILO

Estas son las vivencias de ancianosAtendidos en el Hogar San franciscode Asís de Catacamas
Entre jardines, sembradíos de pequeños arriates de tomates y pepinos, una habitación grande, con camas alrededor, forradas con cameras fabricadas a base de pedazos de tela y en un ambiente de abandono familiar; A sí viven quince ancianos que ya no gozan de la protección de sus hijos, quienes por deshacerse de ellos los llevaron al Hogar de Ancianos San Francisco de Asís de Catacamas, la mayoría bajo engaño, para luego olvidarse de sus progenitores.Trabajar con los ancianos del hogar no es fácil, lidiar con un “viejito” es como lidiar con un niño, dice Sor Gloria, coordinadora del Hogar para el adulto mayor. La mayoría desde que llegan al centro no vuelven a ver a sus familiares porque los traen bajo engaño, muchos dicen que es por mientras regresan de viaje que se los cuidemos y no retornan por ellos, pero aquí encuentran el amor que no tenían en sus casas, porque nosotros cumplimos con la misión de ´´extender la mano a quien nos necesita´´.Entre los quince ancianos adoptados, está una mujer, doña María Benítez, de 83 años, oriunda de La Unión Capapan, a diez meses de su estadía no se adapta a éste sistema de vida y quiere regresar a su comunidad, aunque es imposible, porque su hijo la abandono en este lugar por ordenes de su mujer, una mala nuera que ya no quería verla y presiono al muchacho para que la trajera a Catacamas expreso la anciana.Así como doña Maria hay otros casos, don Adán Hernández, fue traído por su sobrina desde el Guayabito, Santa María del Real, a pesar que su hija es residente en Estados Unidos nunca se acuerda de el, no me habla, ni quiero que lo haga, manifiesta don Adán.Por su parte don Carlos Orellana, es el orgullo del centro, muy alegre, emprendedor y laborioso, a pesar de sus 87 años, cultiva el huerto del quien expresa sentirse el jefe de todos por que es quien produce.Entre los quince abuelos, existen diversos problemas, hay quienes no ven, no oyen, caminan con dificultad y en la mayoría su esperanza de vida es corta, pero todos tienen su historia que contar.En relatos más significantes destaca don Porfirio Coello, cuenta sus hazañas y anécdotas en los campos bananeros, cuando laboraba para la Tela Ray Road Company, comenzó como almuercero y llegó a ser capataz pero todo el dinero que ganaba lo gastaba en mujeres, chiveadas y alcohol.Mientras que don Cipriano Carias, de ochenta años de edad, nacido en Márcala La Paz, se siente orgulloso de haber llegado a Catacamas en la década de los ochenta, cuando trabajaba como peón en el proyecto de pavimentación de Tegucigalpa a Catacamas, a sí llegó y se quedo, nunca volvió a su pueblo, no supo mas de su familia y ahora fue ingresado centro por los cooperantes del Hogar de Ancianos. Los moradores de este hogar, constituyen una familia, que cuentan con apoyo y respaldo cristiano, pero le falta el amor de su familia, viven olvidados, por sus parientes, por sus hijos e hijas, olvidando que ellos avanzan rápido camino a la vejez y que podrían terminar en condiciones similares.

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